Este jueves, relato: Argumentos oníricos.
Vivimos en un mundo que cambia aceleradamente. Antes, las musas eran la única fuente de inspiración. Hoy, a finales del siglo XXI, todo se consigue por transmisión del deseo. En la biblioteca de mi distrito existe una sección que, con el nombre: "Tangential story of dreams" y a través de un sensor deductivo, adivina y extiende una copia con el fragmento de texto que estás imaginando. Hoy, para salir airoso de la convocatoria de Demiurgo, visito por enésima vez el edificio. En su interior, la ciclópea puerta de cristal diáfano te ofrece todo lo imaginable, solo tienes que pensar frente ella e introducir ordenadamente los dedos de la mano izquierda. Primero el índice, que se cuela viscoso por la cremosa textura del vidrio, y la puerta responde: ¡Novela. Relato. Poesía. Ensayo...! Solo cuando detecta la coincidencia con mi deseo se para y almacena la información. A continuación el pulgar -el orden de introducción es aleatorio-: ¡Tema. Trama. Estructura. Nudo. Confli