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Este jueves, relato: Aniversarios cruzados.

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16 de Enero de 1948                     Dentro: ¡Qué nervios!  Intento llamar la atención, parece que se han olvidado de mí.      Fuera: Esta noche se ha verificado la cuarta emisión para América por los micrófonos de Radio Nacional, dirigida por el director de la Real Academia Española , don Ramón Menéndez Pidal. Dentro: Escucho una melodía, me resulta familiar, es la misma de otras veces sería capaz de tararearla a oscuras Fuera: La rápida distribución de la naranja a través de los nuevos trenes naranjeros ha influido en su precio. Según se ha informado en el Sindicato de Frutos. Dentro: Esto se mueve. ¿Otra vez de paseo? Ya he perdido la cuenta… Fuera: El embajador de España en la Argentina, señor Areilza, ha mantenido una cordial entrevista con el presidente Perón. Dentro: Oigo ruidos muy cerca, como suspiros acompasados… esto es nuevo para mí. Fuera: El gobierno de la India anuncia que por deferencia al Mahatma Gandhi, reanudará los pagos d

Este jueves, relato: Sírvase usted mismo.

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      "La verborrágica incontinencia de los necios".      Soy un necio. ¡Sí, un necio! Uno de esos que aparentan, retóricos y trascendentes, que su verborrea sienta cátedra. Que presumen sacando pecho, que no cabeza, al tiempo que esconden la barriga para ocultar esos tres kilos (en realidad son seis), que tanto le avergüenzan. Ese que se peina volcando su insuficiente melena hacia un lado para vestir una irremediable y fatal calvicie, sin asumir que es la que hay y no hay otra.      Sí, soy un necio. Lo digo yo, que me conozco como nadie. Soy un dibujo a lápiz que corrijo sobre la marcha, con más voluntad que solvencia. Que cuando vienen mal dadas y depende sólo de mí, me abandono en la más absoluta soledad llorando a moco tendido. Que empiezo el periódico por el final, leyendo sólo los grandes titulares, presumiendo de haberlo leído en su totalidad.      Sí, soy el necio que para escribir un relato, a falta de conocimientos e imaginación, pone la mesa patas pa

Este jueves, relato. Cartas a...

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           Sabes abuelo, algún día te podré escribir una carta, esa que ahora garabateo porque soy un niño. Una carta de verdad, en papel, como las de tu época. Con letras cursivas, puntos, comas y todo eso que, no siendo lo más importante te dará una idea de lo que he aprendido. Una carta con su día, mes... y año, por si se extravía y te llega a destiempo. Una carta sin firmar porque tú sabrás de quién es. Una carta en la que, tarde, te dé las gracias por todo y te cuente que ya soy mayor, como tú y que siento la emoción de los primeros y extraordinarios descubrimientos, esos de los que tú ya me hablabas y yo, sólo oía sin entender.   Una carta corta y torpe porque no tendré práctica y mi mano se mostrará titubeante; ya sabes que ser joven no es ninguna ganga, pero tiene sus ventajas... Qué te voy a contar a ti que gozaste del privilegio del descaro, la osadía, la curiosidad y la seducción hasta que esa terrible enfermedad te borró la vida de un plumazo.      Sabes abuelo, al

Este jueves, relato: Argumentos oníricos.

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Vivimos en un mundo que cambia aceleradamente. Antes, las musas eran la única fuente de inspiración. Hoy, a finales del siglo XXI, todo se consigue por transmisión del deseo. En la biblioteca de mi distrito existe una sección que, con el nombre: "Tangential story of dreams" y a través de un sensor deductivo, adivina y extiende una copia con el fragmento de texto que estás imaginando. Hoy, para salir airoso de la convocatoria de Demiurgo, visito por enésima vez el edificio. En su interior, la ciclópea puerta de cristal diáfano te ofrece todo lo imaginable, solo tienes que pensar frente ella e introducir ordenadamente los dedos de la mano izquierda. Primero el índice, que se cuela viscoso por la cremosa textura del vidrio, y la puerta responde: ¡Novela. Relato. Poesía. Ensayo...! Solo cuando detecta la coincidencia con mi deseo se para y almacena la información. A continuación el pulgar -el orden de introducción es aleatorio-: ¡Tema. Trama. Estructura. Nudo. Confli

Este jueves, relato. Enamorados.

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Pido disculpas por la reedición, pero tengo las musas y el tiempo... pasando la ITV. Ella también estaba enamorada de él. Lo conoció una noche en la que sus caras se fundieron en el reflejo de una esperanza cristalina, les sorprendieron sus diferencias vitales, pero una primera conexión sentó las bases de esta relación tan abstracta y virtual. Era antinatural, ella hasta ese momento había jugueteado con los astros y él con las vacas, pero ese instante había torcido los destinos de ambos en una dirección impensable. Se buscaban en la noche, al reflejo de aguas salmantinas que cristalizaban sus rostros en la helada madrugada. Su amor era incompleto, les faltaba tocarse, seguir con la mirada sus gestos, temblar con sus rubores. Así, con esas carencias se encontraban y así se disfrutaban. Ella se llamaba Catalina. Él Ojos Negros. Ella estaba bautizada para la vida, él para la muerte, aunque se dejaba engañar cuando le vendían un destino inmortal. Había soñado con

Este jueves, relato: Olores. (Revisado)

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Vivo en un octavo. Cada día, el ascensor acude a mi planta con la precisión de un tren de alta velocidad. La puertas se abren, invitándome a entrar a la primera sensación del día: Un penetrante aroma a café recién hecho.   Pulso el botón de bajada y comienza la aventura de cada mañana: oler, planta por planta, intentando adivinar en cuál de ellas es más fuerte el olor a café. Ubicar su origen, poniéndole cara a esas manos que han mezclado, molido y filtrado, hasta conseguir ese cremoso exprés de tan exquisito aroma y sabor.   El descenso es corto, y la carrera de olfatear se concentra al paso de los diferentes pisos.  Podría ser Carmen la del séptimo, se levanta temprano y a estas horas lleva a la niña al colegio, seguro que vuelve para apurar el resto de su cafetera. Manuel el del sexto trabaja en casa, es informático, pero no me lo imagino trajinando en la cocina, es más de cafetería. Desestimo a la pareja del quinto, ambos trabajan en Iberia y esta semana vuelan a

Este jueves, relato: Chantaje emocional

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-¡O te cortas el pelo o no hay calle! -¡No, el pelo no! que parezco una sandía. -Pues tú verás, ¡Castigado en casa! Don Ricardo, el barbero, no era santo de mi devoción, tan estirado y peripuesto él, con su guardapolvo gris. Los brazos fuertes de mi madre me arrastraban por toda la calle hasta ponerme delante de su puerta. Una vez dentro ya no tenía remedio. -¿Qué le hacemos al niño, Amparo? -Lo de siempre Ricardo… al cero, que vaya bien fresquito. Sentado al fondo de la sala, esperando mi turno, vivía aquel momento como algo dramático, un martirio sin merecerlo, un chantaje humillante. -A ver niño… ¡Estate quieto! Deja de mover la cabeza o te llenaré de trasquilones.  La máquina de esquilar, se paseaba desde la nuca a la frente y desde la oreja derecha a la izquierda. Arrasaba con todo el pelo que se le ponía por delante. Mis atributos capilares se esparcían por el suelo, mechones de pelo desraizado que en un tiempo largo no volverían a vagar compactos por mi frent

Este jueves, relato: Preguntas y respuestas

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¿Y quién es él? ¿En qué lugar se enamoró de ti?¿De dónde es? ¿A qué dedica el tiempo libre?  Él hablaba sin pestañear, seductor, mirándole tiernamente a los ojos. Bebía los cielos en copa de plata. Exquisito, culto y aparente, era como un palacio de piel bronceada en soles de seis estrellas. Serio y circunspecto. Silbador de sinfonías, oberturas e intermezzos. Murmurador de sonetos y torre altiva de envidias glamorosas. Políticamente correcto.   Hasta que se le salió en conector del auricular y en todo el Salón se oyó “La barbacoa” de Giorgie Dann. Más preguntas en el Blog de San

Este jueves, relato. Esa palabra...

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Nuestra amiga uruguaya nos propone para este jueves descubrir esa palabra que, escondida, miramos de reojo, con deseo, con sed. En nuestro armario literario tenemos, guardadas en repletos anaqueles, palabras de ese tipo que, vestidas de domingo, lucen sus mejores galas. Palabras de color. Palabras de olor. Palabras de honor que guardamos para acompañar en las frases más lúcidas, las sentencias más determinantes, las declaraciones más apasionadas. Con las que presumimos por la mañana en el parque, llevándolas del brazo, porque es en ese momento y no más tarde, cuando queremos llamar la atención. Mi palabra es: vos. Sí, "vos", la sureña. La que es tú. Tú eres vos. Yo soy vos para ti y vos eres tú para mí. Vos es un pastel, que sinuoso, baila un tango en el paladar. Vos es el mayor, el adulto, porque es usted y el niño y el joven porque es tú. Vos es la segunda persona, o sea la otra además de yo. De vos te puedes enamorar, porque vos es seducción y se de

Este jueves, ¡retrato! La carrera de la horchata

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¡Un, dos, tres!  ¿Listos...? ¡YA! El clic era el pistoletazo de salida y cada uno había hecho su elección. La posición delataba cada una de las preferencias. Las sonrisas, disfrazadas, sólo despistaban. La realidad es que cada uno, vigilante, ocultaba sus cualidades protegiendo su línea de actuación.  Los pies, escondidos, apretaban con fuerza la baldosa de barro cocido sobre la que despegar ganando unos tragos de ventaja. La estrategia se adivinaba diferente:  El de rojo, había optado por la absorción externa, el fartón empaparía la mitad del líquido chufero y dejaría el resto para un rápido y único trago.  El de malva, más sofisticado, preparaba su salida con el procedimiento "palleta erectus" metódico donde los haya y de una eficacia contrastada.  El de negro, en medio, se debatía a codazos para encontrar una buena posición... había elegido el trago largo, su especialidad.  Maxilares tensos, lengua seca, paladar abierto; los tres, competidores por un mom

Este jueves, realto. En un lugar de Verona...

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En un lugar de Verona, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que vivía un joven tonto y afortunado del que poco se sabía. Ensimismado y soñador, se daba a leer textos de amor, alejándose en esta suerte de toda acción, refriegas y curiosidades sobre el comportamiento de hombres y bestias. Es pues que, de esta forma, Romeo de Quijano, que así se llamaba, modeló en su mente el sueño que había dibujado en forma de hermosa dama. Sembró su casa con libros que hablaban de enamoramientos, desengaños, dichas y desdichas e incluso cartas donde la razón de la sinrazón se empequeñecía ante su Diosa de humo. Así, dejado en sus pensamientos se le veía cada mañana creciendo ajeno al renovar de viejos odios con sus vecinos de enfrente, también de similar rango y poder. Al atardecer, en su mirador, abandonado en la mística contemplación del deambular de carretas, una caminante le sobresaltó: Qué y quién era esa visión de su sueño en forma de hermoso aliento. Bajó y abordó a la d

Este jueves, relato: FLORES Y COLORES

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¡Fucsia! Qué difícil era de pronunciar, Fuc... sia. Los muros del huerto de Santa Rita estaban cubiertos por enredaderas que abrazaban sus superficies encaladas de blanco. Luego, con el tiempo, supe que esa planta trepadora se llamaba "Buganvilla" y su color era el "fucsia". Aquella tarde, durante unos minutos fue el tapiz sobre el que Violeta y yo nos besamos por primera vez. Algo que debería de haber pesado toda la vida sobre nuestras conciencias porque no sólo fue el primer beso, sino también el primer pecado. Al día siguiente sin pasar por el confesionario tomamos nuestra primera comunión, obviamente... ¡Sin la gracia de Dios! Hoy, unos años después la magenta trepadora ha dejado paso a un paramento alicatado hasta los tres metros, desde donde nace el luminoso de un Garaje. Violeta se casó con el hijo pequeño del propietario del huerto, y yo compuesto y sin novia, soy el mozo repartidor de una floristería que paradójicamente se llama "La Buganvi

Este jueves, relato: "Sucedió en un tren"

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Este jueves, el relato tiene una introducción de la que todos debemos partir, y que es esta: "Su voz era como un susurro, hablaba y hablaba sin escatimar en detalles. A esas horas de la noche, los pormenores sobre la historia de nuestra familia me adormecían sin poder evitarlo. El abuelo repetía una y otra vez la aventura de aquel viaje en el que una vez en el tren..." ...se enamoró de mi abuela. Era su primera salida de casa. Su primera ausencia. Solo en el compartimento disfrutaba del paisaje, perdiéndose con la mirada fija en la ventana entre verdes y azules. Desde su asiento de tercera, veía pasar la vida a cien por hora.  Ella subió en el apeadero de San Clemente ocupando una plaza frente a él. A partir de ese momento, no había más ventana que ella, a la que se asomó, vaciando alma y cuerpo hasta perder el sentido y, en la búsqueda, encontrar el sueño de su vida. Hoy, solo, mi abuelo vive mirando esa ventana, la del tren, la de los azules y verdes. En su sole

Este jueves, relato. Convocatoria

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De la mano del amigo Juan Carlos , recibo la tarea de proponer un tema para este próximo: "Este jueves, relato" Y para que no sea tan sencillo, incorporo algunos matices: 1.- Éste no será un relato como siempre, sino un relato corto de no más de 200 palabras, sí, ya sé lo que dijo Tésalo, pero le he consultado y está de acuerdo. 2.- Tu historia nace y da continuidad a partir de mi introducción, que no cuenta para el límite de palabras. 2.- El tema será "Sucedió en un tren" con todas las variantes reales o de ficción: época, tipo de tren, estaciones, cercanías, larga distancia, etc. Como siempre podéis utilizar la foto de la propuesta o alguna otra que os parezca más apropiada a vuestro relato. Comunicarme vuestra publicación con un comentario en este post y añadir el enlace a vuestro relato . Podéis hacerlo desde el miércoles noche al viernes, pues el sábado cerraremos la convocatoria. Introducción: "Su voz era como un susurro, habla

Este jueves, relato: Un día en la vida de...

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Un día en la vida de un muerto. 00'01.- Hoy, primer día de mi ausencia, me ahoga la melancolía y me desbordan los recuerdos... no quiero mirar atrás. 06'00.-  Sigo perdido, perplejo en este nuevo amanecer. Me lleno de ausencias irrecuperables, no caben más de las que, a última hora, pude coger. 08'00.- Ya es de día, pero me sigo viendo oscuro y gris, no sé como iluminarme. Deseo encontrar algo mío, aunque sean las mentiras. 12'00.-  Doce horas han pasado y yo, entre nubes, me disfrazo de otro que se me parece, insisto, pero nadie me cree ¡Ingrato destino! 16'00.- Dieciséis horas de no ser yo. Me rodean mis amados, me acarician mis amadas, estrecho el círculo e intento hacerlos míos. Se me esfuman, soy de humo. 20'00.-  Veinte horas de desear: deseando tocar, deseando oler, deseando ver y oír, deseando llorar pero el deseo es carnal y ya no está a mi alcance. 24'00.- Un día de renuncias, recelos y envidias. Solo sin mi sombra

Este jueves, relato: Rostros de la Polio.

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     Fue un primer encuentro a dos.  Hablábamos por teléfono para quedar en vernos y tomar una cerveza: -Sí, conozco el sitio -le dije. -Entonces a las cinco -me contestó. A l colgar recordé un detalle de la conversación en la que me insistió que, ninguno de los dos podríamos irnos sin pagar, comentario que no entendí y al que entonces no le di importancia.  Llegué unos minutos antes y le vi llegar, cojeando, con un bastón en el que se apoyaba a cada paso y con el que imprimía a su caminar un ritmo secuencial aprendido a golpe de asumir.  Era la hora en la que el toro y el sol se funden con la mirada y allí estábamos los dos, por primera vez, después de oírnos, leernos y comentarnos desde el más consentido anonimato. Nos pedimos dos cañas, una para cada uno, y disparamos nuestros obuses de letras: Nuevas, por estrenar, por descubrir; con un tono vivo, con un volumen pausado, con la mirada directa, con el ritmo que da la proximidad y el orden que merece la escucha.  Aquel loc

Este jueves, relato: Un nuevo mundo

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    Un nuevo mundo es el nuestro, lleno de materias y vacío de valores. Pero supongo, que diferente a otros nuevos que están por llegar, en los que se multiplicarán las materias y dividirán los valores. En los inventarios que postmorten realizaban los notarios en el siglo XVI, apenas se relacionaban una docena de objetos personales por cada difunto. Hoy, en este nuevo mundo (especialmente el occidental) los ciudadanos almacenamos un promedio de 50 muebles y un total aproximado de 300 objetos personales, cifra que varía al alza, tal y como se generan más y más necesidades. Este nuevo mundo es un inmenso contenedor de materia transformada en desechos, y de valores en riesgo de extinción. Un nuevo mundo que envejece mal y pronto, y que lo único que ha aprendido a hacer es a vomitar miles de millones de objetos, para ser vendidos, usados, revendidos, olvidados y tirados. Todo un caos organizado. Pero el futuro (de nosotros depende) no es tan dramático, podría ser hasta excitante y

Este jueves, relato: Un pecado capital, Soberbia

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    Tomasa fue requerida al centro escolar para recibir la primera protesta seria por el comportamiento de su hijo. La soberbia de Carlos empezaba a preocupar a su maestro que, veía en él, una actitud más grave que las habituales travesuras a las que le tenía acostumbrado. Con tan sólo 12 años, desconocía el significado de la palabra soberbia. Su madre, Tomasa, tampoco lo sabía. -Señora... ¡su hijo es soberbio! -¿Sober... qué? -Soberbio, arrogante, vanidoso... -No entiendo -argumentó Tomasa, haciéndose la despistada. -Pues es muy sencillo, Carlos se cree superior a sus compañeros, es orgulloso y se valora en exceso; y esa soberbia le está enfrentando y distanciando del resto de los alumnos. -Pero... si mi Carlitos, en casa, se porta muy bien: ayuda en la cocina, controla a sus hermanos. ¿Y las notas. qué me dice de las notas... son buenas no? -Sí, pero estos días, me están llegando muchas quejas, ayer por ejemplo, quitó a empujones a un compañero para sentarse él, al lado

Este jueves, relato. Hablemos del Destino.

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¿Qué es el Destino?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es el Destino? ¿Y tú me lo preguntas? El destino… eres tú. En otro no creo. El Destino, no es ni más ni menos que el tino, (sin des) con el que se hacen las cosas. En mi caso, la excepción confirma la regla. Qué es sino esa circunstancia que padezco a diario, sin excepción, irremediablemente, cada día, da lo mismo la hora o el lugar. Hasta el punto de replantearme creencias y fabulaciones respecto a por qué sucede todo, generándome dudas existenciales que minan mis más rectas convicciones. A estas alturas estaréis preguntándoos, qué es eso tan transcendente que cada día, sin excepción tambalea mi fe en lo puramente circunstancial. Es muy sencillo, mi batalla con el autobús la tengo perdida: -¿Por qué siempre el que espero es el último en llegar, y no lo es en cambio cuando es otro el que necesito? -¿Por qué otras veces cuando lo veo llegar, tengo el semáforo en rojo (él en verde) y cuando c

Este jueves, relato: Cómo somos de solidarios los humanos.

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Solidaridad es una palabra que se estaciona en nuestra boca y casi no nos cabe. Esculpe una pequeña esfera en la mejilla como cuando saboreamos un “chupa-chups” demasiado grande, y al igual que el dulce caramelo, la palabra, la llevamos de un lado a otro haciéndola bien notoria. Ninguno de nosotros somos dueños de alguna parcela de poder en este mundo, salvo de esa tan cercana como lo es el devenir de nuestra familia y por extensión el del vecindario más próximo. Tenemos que ser prácticos con nuestra solidaridad y transcender al menos en lo que alcanzan algunos de nuestros cinco sentidos.    El barrio es un submundo lleno de estímulos a flor de piel, se podría decir que es un añadido al resto del universo con colores propios. Ambos parece que funcionan a pesar el uno del otro. Pero sólo es una apreciación, pues el Barrio es receptor directo de los accidentes universales, y no obstante la primera y única víctima de los personales. En el barrio, desarrollamos nuestra in