Balú y la Unión
“Balú” era un pequeño Pub, tan pequeño que a veces para poder bailar, (actividad que por supuesto debido a las justas dimensiones del local era del todo imprevista) había que retirar los cuatro sillones que tenia en el pasillo de acceso a los baños. El ambiente era tan íntimo y familiar que solo con frecuentarlo varias veces continuadas, reconocías al resto de los contertulios, incluso echabas de menos a los ausentes. Su propietario, Jose era el elemento conductor que relacionaba personas y acontecimientos, como un maestro de ceremonias multidisciplinar que igual preparaba un contundente Dry Martíni , que pinchaba la música mas adecuada para cada momento. Visita tras visita y como si hubiéramos pactado un tácito acuerdo ocupábamos los mismos asientos, o al menos nos ubicábamos en la misma zona y de esta forma, la música, las copas, los aperitivos, los asientos y Jose se repetían casi de memoria, día tras día. El local que abría como bar desde primera hora de la mañan