Este Jueves, Relato. Las Redes Sociales (Revisión)
El Sol entraba en su habitación dibujando los vacíos secuenciales de la persiana que, entreabierta, se obstinaba en asumir un rol que no le correspondía. Aleph dejó de prestar atención a esa sombra de claroscuros y con un leve giro de cabeza, intentó concentrar la atención en el fondo de su pantalla. Este acto inconsciente, el de desconectar de lo cotidiano y conectarse a una realidad virtual, fue un reflejo mecánico ausente de memoria, casi como un atardecer, un momento de paso, sin dolor, sin felicidad, con total ausencia de datos. Abducido por la pantalla, Aleph, imaginó una historia de ficción, sin nombres, ni apellidos, una emoción nacida y ubicada en este sistema de comunicación tan sofisticado que es la Red de Redes y en la que uno es un Dios, un animal, un dibujo animado, un ojo escondido en un fondo de pantalla o simplemente una silueta gris sobre fondo gris. Y así, en este estado catatónico, le habló a la pantalla: “Mi nombre es I.P. 134.32.106.42”. Las máquinas