Insolación
Matías, es un eficaz bibliotecario... setentón, pero eficaz. Un domingo quiso desayunar al aire libre. El verano, estrenaba mañanas de sol con ese brillo especial que cautiva. Al poner un pie en la zona ajardinada, recibió un rayo de sol que golpeó sutilmente su cabeza. Un contacto imperceptible, una caricia, pero suficiente como para sumirlo anestesiado en un viaje de corta duración por los entresijos de su inconsciencia. Horas más tarde, aturdido, despertó a la llamada de su familia, que reclamaba su presencia en los habituales prolegómenos de la comida del mediodía. Se tambaleó en sus primeros pasos, hasta que recuperó la verticalidad y comprobó que su cuerpo respondía a sus mandatos físicos, pero no tanto a los emocionales. No entendía las ordenes que lanzadas al aire de su entorno, le parecían extrañas e indescifrables. Sólo visualizaba borrosamente largas estanterías con libros ordenados por sus títulos en orden alfabético. Cualquier palabra, la analizaba por s