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Este jueves, relato. El teléfono

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Entre el teléfono y él, apenas había un suspiro; el justo para atenderlo con sólo alargar la mano. Mientras esperaba, toda su subconsciencia pasaba por recordar cómo había sido aquel primer y único encuentro. Entre sombras adivinaba el color de la noche, el calor del lugar y especialmente, la recordaba a ella. Lily estaba en el mostrador, mientras en el exterior la lluvia añadía agua al mar que tenían delante. Asís se aproxima un poco más al teléfono como si esa acción fuera determinante para adelantar la llamada… sabía que no. Él, por encima de diez brazos intentaba recuperar su copa sin conseguirlo. Ella le miró y adivinó su dificultad y su deseo. En los minutos siguientes resolvió su dificultad, pero no su deseo. Perdido en aquella turbulenta noche de quieros mudos y quizás sonoros, recuerda un intercambio de números y una mirada cómplice acompañando un… Te llamaré. Asís fundía con la mirada a aquel teléfono, esperando una llamada que tal vez no llegara

A fuego lento. Casa Terete. Haro

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Casa Terete. Haro (La Rioja) 135 años después, la cuarta generación de los “Terete” mantiene viva la esencia de la cocina familiar que tan famosa les ha hecho. Asar corderos es un arte para esta familia de Haro.  El restaurante,  al que antes se accedía  a través de la carnicería ofrece una carne joven, tierna, asada en el horno de leña sin más secreto que una buena dosis de mucho cariño. En mercado: (4 personas) 2 Cuartos de cordero lechal Manteca de cerdo, Agua, Sal Majado con: 3 Ajos Una pizca de sal gorda 1 Poco de vinagre En Cocina: Untamos la piel con un poco de manteca y sazonamos, buscamos es que la piel se haga “costra”. En cazuela de barro ovalada, añadimos un vaso grande de agua. Precalentamos previamente y al horno a 180º durante aproximadamente hora y media A mitad del asado preparamos el majado de mortero, le damos la vuelta a la carne y hechamos un poco de caldo del propio asado en el mortero, removemos

Alfombras que cuentan sueños.

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Las alfombras y los cuentos ya existían por separado. De la mano de Per Arnoldi, el hombre también alimenta su imaginación con la pintura, que nos explica, confunde y sazona nuestra realidad con una colección de cuentos, unos nuevos y otros diferentes. Consagrados de la pintura, firman fantasías para leer mirando al suelo, ocupándolas con la complicidad del niño que descalzo se pasea por el cálido pelo del país de Nunca Jamás. Asger Jorn Kazimir Malevich Kurt Schwitter Paul Klee Per Arnoldi Preben Hornung Rene Magritte Richard Mortensen Salvador Dalí Takashi Naraha Wassily Kandisky Robert Jacobsen Jems Birkemose