Entradas

Este jueves, relato. "Una de tres"

Imagen
Humo detrás del cristal. Tengo que decir que me resultó difícil. No quería que pareciese un plan de fin de semana.  Estaba frente a mí, en aquella sala de estar de su piso de separada.  Me gustaba mirarla, con la mirada ambiciosa del que está modelando un futuro. Quería aprendérmela de memoria. Conocer su perfil,  disfrutar de todas las formas posibles de su cuerpo y retener esas tres dimensiones que me empezaban a enloquecer. Tengo que decir que fue precisamente el desafío lo que me retuvo allí. A su lado, archivo en casillas virtuales sus sonrisas, que son varias. Sus besos que mórbidos me descubren la morbidez de sus labios y, de los míos. La madrugada transcurría plácida, llena de expectativas. La noche, ya vencida, quedaba borrosa entre sábanas de papel. Ella me fascinaba.  Jugué a levantarme y analizar la situación desde la distancia, me acerqué a la ventana y le invité a compartir aquel amanecer. La primera calada de mi pitillo se escapó entre los crist

The beat of the night.

Imagen
Mi noche tiene el latido de un corazón. Me gustaría decir que late inconsciente, distante de la realidad que acompaña el paso de los minutos, ausente de mi mismo. Pero no es así. Mi noche respira a mi lado, con una sutil secuencia de vida, con un ritmo pautado que dibuja luces en la oscuridad. Así es alguna noche de mis pasadas  noches . No es la noche de aquí exclusivamente.  Somos mi noche y yo, esté donde esté, y en la parte de la noche que sea. Pero es aquí donde mi noche se viste de misterio, donde es dos veces negra, más cómplice que nunca, donde la luminosa ilusión en la oscura realidad eriza el despertar y, aún no amanece. Esta desnuda realidad, me recuerda que el sueño no es un sueño y que esa mirada perdida en el oscuro  horizonte, es una mirada a mi despertar. Y espero para abrir unos ojos que no se han cerrado todavía.  Y despierto, me pregunto…  ¿Hay algo más importante que mi noche y tú?      

Este jueves, relato. Primeras lecturas

Imagen
Este jueves, relato. “Mis primeras lecturas” Son las cinco de la tarde, hora de toros y toreros. La terraza del madrileño Café Gijón es un hervidero de gente que deambula de un lado para otro en busca de una sombra en la que sentar su curiosidad. Dentro, en una mesa del fondo, los Srs. Tagore, Hemingway y García Márquez despachan sus primeras contradicciones delante de un humeante café. El grupo todavía no está completo, faltan la Sra. Rodoreda y el Sr. Bach, que se les unen de inmediato. El nombre de un lector común a todos ellos, lanzado al centro de sus ciberconsciencias, les había golpeado en plena memoria obligándoles a viajar en el tiempo, juntándoles alrededor de una mesa hecha de y para la literatura. El primero en abordar el tema es Tagore. -Lo recuerdo, era muy joven y fue un reto para él, perezoso en las primeras páginas, pero ávido y emocionado al final, especialmente en: “ Me he sentado esta mañana, en mi balcón, para ver el mundo. Y él, c